El fútbol español lucha por reinventarse y convertirse en un deporte creíble, real. La burbuja debe explotar.
No da más de sí. Los dirigentes lo saben y por primera vez en las
últimas décadas los números se están imponiendo al corazón y a la
sinrazón del 'todo vale'. En los próximos meses asistiremos a
reducciones de presupuestos, renegociaciones de sueldos y muy pocos
fichajes, que además deberán ser sometidos al control y aprobación de la
Liga de Fútbol Profesional (LFP). Nada que ver con el fair play
financiero que Platini implantará en las competiciones europeas a
partir del verano de 2014. Aquí el control se extiende a todos los
clubes, no los que se dejen ver por Europa.
Si los equipos no tienen más ingresos que gastos, no podrán fichar, dentro de una norma que el CSD pretende elevar en las próximas semanas a la categoría de reglamento para
su obligado cumplimiento. Los tiempos en los que el Dépor no presentaba
las cuentas en el registro durante cinco años, en los que los
presidentes se colocaban coches de casi cien mil euros como Pernía y su
Racing o los extraños pagos del pasado en el Rayo han pasado a la
historia. No es de recibo una competición en la que 22 equipos han acudido al concurso de acreedores.
Se terminaron las ayudas a los que no cumplen. Así de claro. "Es la
última burbuja y vamos a terminar con ella", afirman desde el CSD.
Los
primeros pasos se empezaron a dar hace dos años de la mano de la LFP,
pero este verano quedará demostrado que la cordura vuelve a presidir los
equipos. Los factores que apoyaban ese crecimiento desmesurado de los
números rojos y que han llevado a los equipos de Primera División a tener una deuda de 3.600 millones de euros han
desaparecido. Los derechos televisivos se reducen, las ayudas oficiales
han desaparecido por completo, al menos en cuanto a dinero directo se
refiere, y otros ingresos indirectos como entradas y marketing
se han reducido de manera significativa. Por tanto, el fútbol se
encuentra ante un escenario nuevo al que es preciso darle forma dentro
de la lógica que imponen los números. La anunciada ley del deporte
profesional, con su apartado específico para el fútbol, habla de un
reparto más ecuánime de los derechos televisivos, pero nunca será la
solución si los gastos no se racionalizan. No hay otra.
Actuaciones del CSD
Miguel Cardenal tiene previsto comparecer en el Congreso de los Diputados
en las próximas semanas para explicar el momento y las actuaciones
llevadas a cabo por el Consejo Superior de Deportes (CSD) de la mano de
la LFP, iniciadas con el equipo de José Luis Astiazarán y continuadas ahora con el formado por Javier Tebas
en su recién estrenado cargo como presidente de la patronal del fútbol.
El presidente del CSD pretende hacer una exposición de los motivos por
los que el fútbol ha alcanzado su actual situación y los recortes que se
han puesto en marcha para frenar y hacer frente a la deuda que
mantienen los equipos. Las primeras medidas ya han tenido efecto. De los 752 millones de euros que debían a Hacienda en 2012, se ha pasado a los actuales 690.
El
análisis realizado por los técnicos que ahora trabajan en el CSD, que
antes miraban hacia otro lado con total y absoluta impunidad, habla de
todos los movimientos realizados por los diferentes actores del fútbol.
Tal y como ha podido saber El Confidencial, Cardenal maneja datos que indican que en la década analizada (2002-2012) los sueldos de los jugadores han crecido un 300%, cifra que la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) no
comparte y dice que en esa cantidad están incluidas las comisiones de
los fichajes. La semana pasada un juez dio el OK a la rebaja del sueldo
de Peragón aplicada por el Nàstic ante el descenso de categoría. Todo un
aviso.
Otro punto del detallado informe
que maneja el CSD es que el momento del mayor crecimiento de la deuda de
los clubes coincidió con el crecimiento desmesurado de los derechos
televisivos. Los dirigentes pensaban que el crecimiento de los mismos no
iba a tener fin y utilizaban dichos contratos para avalar todo tipo de fichajes,
sin importar el precio del traspaso ni el sueldo del jugador. Ahora la
situación se ha volteado por completo y no sólo el crecimiento se ha
frenado, sino que alguno de los operadores televisivos tiene problemas
para hacer frente a los contratos (Sogecable) y busca la manera de
reducir la cuantía de los mismos.
Años
atrás, si había problemas, por allí aparecía el organismo oficial que se
dedicaba a sacar de apuros a los equipos en cuestión, 'por el bien de
la ciudad'. El mejor ejemplo lo tenemos con la Generalitat Valenciana
y su 'patrocinio' a todos los equipos que se movían por la región
valenciana a través de Canal9, Aeropuerto de Castellón..., TV3 con su
ayuda al Barcelona y al Espanyol, la Comunidad de Madrid firmando
contratos televisivos con Getafe y Atlético o la condonación de deudas
como la que mantenía la Real Sociedad con la Diputación años atrás. Las
ayudas políticas también han tenido su importante papel y ahora ya están
siendo cuestionadas hasta por la Unión Europea, como es el caso de la
próxima reforma del Bernabéu, el nuevo Mestalla e incluso el traslado
del Atlético a la Peineta.
Real Madrid y
Barcelona son dos factorías de generar dinero, especialmente la entidad
madridista, con presupuestos que rondan los 500 millones de euros, pero
son casos aislados dentro del fútbol español. Gastan mucho, pero generan
más. El problema no va con ellos, pero su solidaridad sí que puede solucionar más de un problema
con el trozo del pastel de los derechos televisivos. El club blanco ya
se está preparado ante la pérdida del 30% de sus ingresos televisivos
(130 millones de euros la presente temporada) y prepara un nuevo
Bernabéu, con el que capitalizar más ingresos.
Una comisión de evaluación
Ahora,
cada tres meses, la próxima fecha en rojo es la del 30 de abril en una
cita que resultará decisiva para evaluar el margen de maniobra que
tendrá cada equipo el verano que ya se avecina. Los clubes deberán detallar todos y cada uno de los movimientos que realizan.
La comisión paritaria formada por CSD y LFP examinarán los datos para
intentar anticipar los problemas. El sistema fija límite de ingresos y
gastos no deportivos, basados en información histórica o en contratos ya
suscritos y exige que se demuestre una proyección de gastos no
deportivos, que nunca podrán superar el 10% de la temporada anterior.
Esta tolerancia cero también hace referencia a las cantidades a pagar a Hacienda.
Todos los equipos están obligados a cumplir con los plazos. No hay
posibilidad de demora alguna, ni en las cantidades del presente año, ni
en las ya aplazadas. Esto quiere decir que los clubes deben estar al día y que no podrán aumentar deudas pasadas. De ahí los problemas que ha tenido el Málaga
ante la ausencia de compromiso del miembro de la familia Al-Thani, cuyo
futuro -pese a que mantenía una deuda muy inferior a la de equipos como
Atlético, Sevilla o Deportivo- ha estado cuestionado al máximo.
Los clubes de Segunda ya han pasado por esa comisión y el examen habla de tan sólo tres equipos cuya su economía no presenta mancha alguna
y tienen libertad de movimientos para el futuro. El resto tendrá que
reducir presupuestos, fichas de jugadores y tirar de imaginación y de la
cantera a la hora de reforzar las plantillas, que en muchos casos
estarán cerradas antes de iniciar la próxima campaña. Será extraño ver
sueldos en esta categoría que superen los cien mil euros.
En Primera División, el CSD apunta a una importante reducción en los presupuestos y a la renegociación de contratos con los jugadores.
Por ejemplo, el Málaga dejará reducido a la mitad sus actuales 120
millones de euros y otros muchos harán dobles contratos a sus jugadores
para cubrirse la espalda ante posibles descensos; el Sevilla necesita
vender como sea e ingresar 30 millones antes del inicio de la próxima
temporada o la urgencia del Atlético de la llegada de capital para poder
mantener su actual estatus. En el panorama actual; no es de recibo, por
ejemplo, que equipos como el Getafe (cero deuda con Hacienda, por
cierto) mantenga jugadores con más de un millón de euros de ficha. Es
más, la predicción apunta a que todos los equipos de Primera reducirán
sus actuales números presupuestados. No hay otra, porque los ingresos
han disminuido.
Luis Rubiales,
presidente de la AFE reunió dos semanas atrás a los capitanes de los
equipos para ponerles en antecedentes de lo que venía y para recordarles
que el sindicato luchará por garantizar lo ya firmado. El sindicato no está en absoluto de acuerdo con las cifras que se manejan desde el CSD ni con el planteamiento conjunto que están haciendo con la LFP.
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